miércoles, 27 de febrero de 2013

El Lado Bueno de las cosas, no hay más que decir.

Bien, veamos, un Domingo después de acabar los exámenes de Febrero, saboreando las mieles de justa victoria y pensando al mismo tiempo en si de verdad será o no "victoria" al final. Para evitar darle vueltas a la cabeza ( uno de mis principales defectos es lo que yo concibo como una conciencia "porculera" ) ,mi cabeza pulula al siempre bienvenido mundo del cine, a una película cuyo título y reparto me llamaron bastante en su época de promoción y que casualmente está actualmente en cartelera. ¿Nada mejor que hacer? En esta situación, lo dudo mucho, vamos que nos vamos...

En cuanto empecé a verla lo tuve claro, esto era un soplo de aire fresco para la industria del cine. Sí, y lo digo porque el género comedia-drama-romance está ya más que fundido, agotado y repetido. Su fórmula, reiterada hasta la saciedad empieza ya a cansarme, y sinceramente eso era lo que esperaba al entrar en la sala, sin embargo, una vez más mi intuición me jugó una dulcísima mala pasada. Señores, les hablo de la ahora tan comentada "El Lado Bueno de las Cosas", un drama romántico con muchísima comedia de por medio que relata la vuelta y re-inserción en la sociedad actual de Pat (Bradley Cooper), un profesor sustituto  de historia, que tras presenciar como su mujer le es infiel en la ducha con el profesor fijo de la misma materia, sufre su primer episodio violento que finaliza con él metido en un centro psiquiátrico. Pat descubrirá con ayuda de Tiffany (la cuñada de un buen amigo suyo) a lo largo de la película, que el destino no siempre transcurre por la misma línea, sino que puede dar tantos giros como éste quiera y acabar siendo la vida que no se esperaba y sin la cuál no podría vivir.


Un genial guión que bajo el estereotipo de comedia barriobajera del que os he hablado antes consigue florecer y presentarnos una historia muy humana, con unos personajes naturales, que perfectamente podrían ser conocidos nuestros. Gran parte de la culpa de que ésto ocurra así es de las fabulosas interpretaciones de Jenniffer Lawrence (Tiffany), Bradley Cooper (Pat) y Robert de Niro (El padre de Pat).La primera nos presenta la profunda crisis personal y depresión en la que se cae tras perder a un ser querido, hecho que saca lo peor de su personaje.La actriz lo hace todo tan natural, que el espectador llega a simpatizar con ella de una manera que no hubiera esperado. El segundo lleva a cabo el mismo papel que Lawrence pero en el contexto de alguien que siempre espera recobrar aquel tiempo pasado, siempre mejor, que es añorado. Para ello aparta la cruda realidad de su lado en pos de conseguir su objetivo. El tercero y último representa la razón del "pequeño Mr Hide" que encierra Pat en su interior. De Niro representa a la perfección el papel menos evolucionado de la  locura que encierra el protagonista, estableciendo conexión con su hijo y que provoca al visionario de la película una reflexión del tipo: "Con razón...".

En su conjunto se podría hablar de, en mi opinión, una de las películas con un reparto más sólido en la historia del cine. Una magistral mezcla de grandes interpretaciones que, como he dicho antes, crean una epopeya narrativa muy humana. Caso aparte es la BSO, que no luce demasiado en una película como ésta debido en parte a que los filmes de éste género no suelen ir dotados de un gran apartado sonoro. Sin embargo, ya que se ha conseguido un resultado tan inusual con respecto a lo típico en el cine romántico-drama-cómico, no hubiera estado mal una banda sonora que se saliera de éstos esquemas y que hubiera completado el círculo perfecto.

 Sinceramente, me ha gustado muchísimo, y para una tarde de medio euforia, medio depresión post-exámenes, una moraleja como ésta, tan dulce y tan bien hilada fue una pequeña terapia de apenas dos horas. Un gran desenlace para un Domingo  fuera de regla, y es que aprendí que si se mantiene el optimismo y das lo mejor de ti, siempre te quedará el lado bueno de las cosas.


 

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